El nuevo liderazgo de la Federación Departamental de Tarija, encabezado por Herber Quispe Jurado, ha generado un cambio significativo en la organización, tras la destitución de los anteriores dirigentes Francisco Gutiérrez y Tomás Velásquez. Las centrales campesinas, lideradas por sus representantes, se reunieron en un congreso donde eligieron a Quispe como su nuevo principal directivo, acompañado por otros líderes como Juan Pedro Valencia.
En respuesta a las acusaciones de Gutiérrez, quien había calificado el congreso de trucho, Quispe defendió la legitimidad del evento, explicando que se había convocado de acuerdo con el estatuto que permite a seis o más centrales organizar un congreso. Esta autoconvocatoria se realizó en medio de alegaciones de mala gestión administrativa durante el liderazgo de Gutiérrez, quien enfrenta una denuncia por la supuesta malversación de 160 mil bolivianos del Crama. A pesar de las negativas de Gutiérrez, la Fiscalía ha decidido admitir la denuncia, lo que ha llevado a Quispe a subrayar la necesidad de esclarecer la situación, incluyendo la firma de cheques que podrían haber sido manipulados.
Además, se ha mencionado un incidente relacionado con un accidente de tránsito que involucró una camioneta de la Federación, también bajo la dirección de Gutiérrez, lo que añade más presión a la situación actual.
Quispe también expresó que las elecciones de Gutiérrez como dirigente de la Confederación carecieron del apoyo de las centrales campesinas, y rechazó cualquier vinculación con intereses políticos ajenos a su movimiento. Enfatizó el respaldo a la administración del presidente Luis Arce Catacora, argumentando que el bienestar del gobierno impacta directamente en la vida de los campesinos.
Con su elección, Quispe se ha comprometido a priorizar la unidad del sector y a restaurar la confianza que se había deteriorado debido a la gestión de sus predecesores. Anunció una auditoría exhaustiva al Crama, que abarcará los últimos diez años, para investigar el manejo de los ingresos generados por el mercado campesino, que se estiman entre 180 mil y 200 mil bolivianos mensuales. Sin embargo, también se ha señalado que los egresos podrían ser equivalentes, lo que será objeto de análisis por parte del equipo administrativo para ofrecer una explicación más detallada en el futuro