Medardo Durán, un hombre de 80 años, logró sobrevivir a una devastadora riada que azotó la comunidad de Achira en el municipio de Samaipata. Vestido con pantalones remendados sujetos por un cinturón, una polera descolorida y un sombrero que le cubría la cabeza, Durán encontró refugio en un pequeño altillo de su propiedad tras ser arrastrado por la corriente.

El anciano relató que el aluvión alcanzó una altura aproximada de tres metros y que el agua irrumpió violentamente por la puerta de su vivienda, derribándolo en dos ocasiones. Gracias a la fuerza del agua que cerró otro acceso, pudo mantenerse en pie y alcanzar el altillo donde permaneció durante la madrugada. Allí, encontró algo de ropa seca con la que se abrigó mientras trataba de sobrellevar la situación.

Durán recordó que el agua le llegaba hasta el pecho mientras caminaba hacia el altillo, el único lugar que le permitió salvar su vida. A lo largo de sus seis décadas viviendo en Achira, nunca había experimentado un fenómeno natural de esta magnitud. La riada destruyó casi todas sus pertenencias, dejándolo con las pocas prendas que logró rescatar.

Con voz entrecortada, expresó el valor que ahora tiene para él esa ropa que pudo conservar, junto a una pequeña chaqueta y unos zapatos que le regalaron tras el desastre. La corriente arrasó con sus electrodomésticos y lo más importante para él: su alimentación. Sin embargo, reconoció que lamentarse no cambiaría la situación, y que enfrentarlo con resignación es la única salida.

Un día después del desastre, Durán recorrió las habitaciones de su casa, encontrando pasillos llenos de lodo y restos de palizada que poco a poco se secaban bajo el sol. Aunque la vivienda, a pesar de tener más de un siglo de antigüedad, resistió el embate, quedó inhabitable. En el patio, su única gallina deambula entre los escombros.

El aluvión no solo afectó a Durán, sino también a varias familias de la comunidad. Al menos una veintena de viviendas resultaron inundadas, y diez de ellas colapsaron por completo. Lamentablemente, no todos lograron sobrevivir: dos mujeres permanecen desaparecidas, y las labores de búsqueda continúan con el apoyo de brigadistas, rescatistas, perros especializados y maquinaria pesada.

Este trágico evento ha dejado una profunda huella en la comunidad, que ahora enfrenta el desafío de recuperarse tras la fuerza implacable de la naturaleza

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Related Posts