La crisis en la atención de pacientes que requieren hemodiálisis en Tarija ha alcanzado niveles alarmantes debido a la saturación de los servicios y la escasez de personal especializado. El director del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Nils Casson, señaló que la capacidad para recibir nuevos pacientes está completamente agotada, afectando a una población especialmente vulnerable.
Casson criticó la falta de descentralización en la gestión de estos servicios, ya que las autorizaciones para atender casos urgentes dependen del nivel central en La Paz, lo que genera demoras inaceptables. Destacó la urgencia de implementar soluciones inmediatas, pues la espera hasta enero resulta inviable para quienes necesitan atención constante.
Actualmente, ni los centros privados con convenio, ni el Hospital San Juan de Dios, ni la sala de San Andrés cuentan con espacio para nuevos pacientes. La problemática se agrava porque pacientes provenientes de municipios como Villa Montes, Yacuiba y Bermejo deben desplazarse hasta Tarija varias veces a la semana para recibir tratamiento, lo que implica riesgos para su salud y elevados costos de traslado.
Durante una visita a Villa Montes, Casson constató que esta localidad no puede ampliar su servicio de hemodiálisis debido a la falta de recursos que se arrastra desde hace más de un año y medio. La deuda pendiente, que supera el millón y medio de bolivianos, impide la contratación de personal y la adquisición de insumos necesarios, contribuyendo al colapso regional.
Ante esta situación, el Sedes ha solicitado reuniones con la responsable del Programa Renal del Ministerio de Salud para presentar un informe detallado sobre la crisis, pero hasta ahora no ha recibido respuesta alguna. Casson advirtió que la falta de atención podría desencadenar protestas por parte de los pacientes, cuyas vidas están en riesgo.
Por su parte, Karina Soruco, representante del Consejo Seccional de Salud, confirmó la existencia de tres cupos disponibles para pacientes renales en Villa Montes, pero denunció que la Alcaldía no autoriza su uso debido a la falta de recursos. Actualmente, 17 pacientes reciben tratamiento en esa localidad, mientras ocho más esperan por un lugar desde hace más de cinco meses. Estos últimos se ven obligados a viajar a Tarija para poder acceder a la hemodiálisis.
Soruco también denunció que algunos pacientes han tenido que empeñar documentos de sus propiedades para cubrir los gastos relacionados con el tratamiento, reflejando la difícil situación económica que enfrentan y la aparente falta de sensibilidad de las autoridades municipales.
El director municipal de Salud, Dany Jarro, explicó que la imposibilidad de abrir nuevos turnos responde a la falta de recursos económicos, las deudas acumuladas y la necesidad de garantizar la atención de los pacientes ya en tratamiento. Según sus declaraciones, el Ministerio de Salud adeuda al municipio más de un millón y medio de bolivianos correspondientes a los años 2024 y 2025.
Finalmente, Jarro señaló que la ampliación de cupos depende de contar con insumos y personal, lo cual es inviable sin la asignación de los recursos necesarios. La crisis en la atención de pacientes renales en la región exige una respuesta urgente para evitar consecuencias graves en la salud de quienes dependen de este tratamiento
