El formal comienzo de la campaña electoral de Andrónico Rodríguez, celebrado el sábado 28 de octubre en la Plaza Villarroel de La Paz, se vio marcado por dos incidentes particularmente llamativos. Durante un ritual meticulosamente preparado por sus seguidores, destinado a invocar la buena fortuna, un feto de llama se desprendió inesperadamente del altar ceremonial, seguido por una súbita y estruendosa explosión de la ofrenda dedicada a la Pachamama.
Estos sucesos, considerados altamente inusuales en el contexto de las tradiciones andinas, fueron interpretados por diversos guías espirituales, conocidos como yatiris, como presagios desfavorables. Una visión predominante entre estos practicantes sugiere que las ofrendas no fueron aceptadas de buen grado por la Madre Tierra. Expertos en estos ritos ancestrales calificaron la situación de sumamente extraña y un claro indicio de un mal augurio para la iniciativa política. Se sugirió ampliamente que, para que la campaña pudiera avanzar con éxito, sería necesario realizar una nueva ofrenda, acompañada de sinceras disculpas. Algunos consejeros espirituales profundizaron en la idea de que tales incidentes podrían señalar mala suerte, posiblemente originada por envidia, y recomendaron una purificación espiritual para alterar el curso del destino. Entre las interpretaciones específicas, se mencionó que la ofrenda ceremonial incompleta, junto con la caída del feto de llama, podría augurar dificultades para que el candidato logre impulso. Además, la desintegración explosiva de la ofrenda fue vista por algunos como una representación simbólica de una posible fragmentación dentro de su movimiento político.
Registros visuales difundidos en plataformas de redes sociales confirman la secuencia de los acontecimientos. El acto de la Alianza Popular se inició con la presentación de su nuevo eslogan de campaña: Andrónico, la fuerza de Bolivia. Antes de que el aspirante presidencial tomara la palabra, se introdujo la mesa de ofrenda. Sin embargo, el feto de llama se desprendió, y a pesar de los esfuerzos inmediatos de los presentes, no pudo ser recolocado. Poco después, mientras el candidato ya sostenía el micrófono, la mesa estalló con un fuerte estruendo, causando asombro entre la concurrencia.
En marcado contraste con las advertencias de los líderes espirituales, una figura prominente dentro de la alianza, el presidente del Movimiento Tercer Sistema, ofreció una interpretación completamente diferente. Para él, la explosión no era un signo de mal augurio, sino una indicación innegable de inmensa buena fortuna. Postuló que un evento de tal magnitud significaba una potente difusión del mensaje y la visión de la alianza a través del cosmos, universalizando así su propósito y asegurando su éxito.
La confluencia de aspiraciones políticas y creencias espirituales a menudo moldea el discurso público en la nación. Los sucesos en el lanzamiento de la campaña han encendido un debate sobre la trayectoria del candidato, oscilando entre las advertencias espirituales y los pronósticos optimistas de sus aliados políticos.
Dentro del panorama político, el inicio de la campaña también puso de manifiesto tensiones internas existentes. Un legislador, vinculado a una facción específica, afirmó que el candidato había traicionado la misma plataforma política que impulsó su carrera. Este mismo legislador llegó a interpretar los incidentes rituales como una clara señal de desaprobación divina. Por otro lado, otro destacado legislador refutó estas críticas, sugiriendo que tales ataques contra el candidato surgían de la animosidad y el resentimiento entre ciertos colegas. Este defensor del candidato articuló además la creencia de que el presidente del Senado representa la única figura emergente capaz de reunificar el fragmentado espectro político de izquierda
