Liga de Quito aseguró su lugar en las semifinales de la Copa Libertadores al imponerse 0-1 a São Paulo en territorio brasileño. Esta victoria, conseguida con una notable muestra de disciplina táctica, los prepara para un enfrentamiento con Palmeiras en la siguiente fase del prestigioso torneo continental. El conjunto ecuatoriano llegó al encuentro decisivo con una ventaja de dos goles obtenida en el partido de ida, un margen que fue fundamental para manejar la presión en el exigente ambiente del estadio Morumbí.

El único tanto del partido llegó en el minuto 41, obra del delantero colombiano Jeison Medina. Su precisa definición tras un rápido contragolpe selló la eliminatoria, transformando lo que pudo haber sido un encuentro de alta tensión en una actuación más controlada para los visitantes. La estrategia de Liga de Quito fue clara: mantener una sólida defensa, reducir los espacios y aprovechar las oportunidades de ataque. Este planteamiento les permitió absorber la incesante ofensiva de São Paulo mientras esperaban pacientemente su momento para golpear.

El mediocampista boliviano Gabriel Villamil, una pieza clave en el esquema de Liga de Quito, disputó los 90 minutos, demostrando su importancia en el control del mediocampo y en las labores defensivas del equipo. Su rendimiento constante, similar al impacto que tuvo en el partido de ida, fue crucial para desarticular el ritmo de São Paulo. Igualmente vital fue la actuación del portero Gonzalo Valle, cuyas intervenciones fueron determinantes para mantener la portería a cero. Valle frustró repetidamente los intentos de São Paulo, erigiéndose en una barrera infranqueable ante un equipo local cada vez más desesperado.

Bajo la dirección de Hernán Crespo, São Paulo exhibió un considerable nerviosismo a lo largo del encuentro. A pesar de dominar la posesión, que en ocasiones rozó el 80%, y de generar numerosas oportunidades de gol, su principal deficiencia —una alarmante falta de puntería— quedó dolorosamente expuesta. Este problema ya los había afectado en rondas anteriores, como se vio en su ajustado pase contra Atlético Nacional en octavos de final, donde avanzaron por penales tras anotar solo un gol. En esta eliminatoria de cuartos, sus problemas ofensivos se agudizaron, sin lograr marcar un solo tanto en ambos partidos mientras encajaban tres.

El Tricolor Paulista estuvo a punto de abrir el marcador en varias ocasiones. Emiliano Rigoni estrelló un potente disparo en el travesaño, y Luciano falló de manera incomprensible desde una posición cercana al arco. Las atajadas de Valle también fueron decisivas, desviando remates de Bobadilla y un cabezazo de Luciano. Al finalizar la primera mitad con el marcador en blanco, la afición del Morumbí expresó su descontento. Crespo respondió con ajustes tácticos en el descanso, introduciendo al delantero Juan Dinenno y al lateral Maílton, modificando la formación inicial de tres centrales en una búsqueda desesperada del gol.

Sin embargo, los cambios apenas alteraron el curso del partido. Los intentos de São Paulo por encontrar la red continuaron siendo infructuosos, con dos goles anulados: uno de Luciano por fuera de juego y otro de Pablo Maia debido a una falta previa sobre Valle. Liga de Quito, por su parte, se mantuvo firme en su postura defensiva, gestionando el tiempo con maestría y frustrando aún más a sus oponentes. Valle mantuvo su destacada actuación, incluso desviando un peligroso intento de gol olímpico de Maílton y otro disparo de Luciano. La creciente frustración entre los seguidores de São Paulo se transformó finalmente en protestas contra la directiva del club, reflejando años de expectativas incumplidas para un equipo que alguna vez ostentó múltiples títulos de Libertadores.

La actuación disciplinada y eficaz de Liga de Quito subraya su ambición de conquistar una segunda Copa Libertadores, mientras se prepara ahora para un desafiante choque de semifinales contra Palmeiras

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