La trayectoria de Linda Caicedo, la destacada delantera de la selección colombiana que se prepara para la trascendental final de la Copa América este sábado frente a Brasil, es un testimonio de profunda pasión y aspiraciones futbolísticas, que germinó en Villa Gorgona, una pequeña localidad impregnada de cultura salsera, a escasa distancia de Cali.
En la final de la Copa América de 2022, celebrada precisamente en su país natal, Caicedo brilló al anotar dos goles y ser reconocida como la mejor jugadora del certamen. Este sábado, se presenta una inmejorable oportunidad para la revancha de aquella ajustada derrota por 1-0 ante el combinado brasileño.
Nacida el 22 de febrero de 2005, la joven mostró una determinación inusual desde muy temprana edad. Apenas con cinco años, su semblante no denotó la euforia esperada al recibir una muñeca como obsequio de sus padres; en cambio, con una seriedad sorprendente, supo expresar su verdadero anhelo: Yo quiero una pelota y unos guayos, papi, fue la contundente respuesta de la pequeña Linda a su progenitor, Mauro, quien evoca con claridad ese momento.
Desde aquel día, Caicedo se dedicó incansablemente a la práctica del fútbol en cualquier rincón disponible. Poco después, se unió a Real Juanchito, una escuela de fútbol pública en Candelaria, una zona rural de Bogotá, donde el campo de tierra era el escenario de sus encuentros contra otros clubes locales.
Linda era la única chica en un equipo predominantemente masculino, pero su talento innato fue evidente desde el primer instante en que la vieron jugar. Fuera de la escuela o de los entrenamientos en Real Juanchito, en la calle de tierra donde residía, montaba porterías improvisadas con piedras para jugar con sus vecinos.
Sus ídolos eran figuras como Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, aunque su admiración especial la reservaba para Neymar. Con el primer salario que obtuvo como jugadora profesional, adquirió un televisor, en el que grababa los partidos y reproducía una y otra vez las jugadas del astro brasileño, buscando emular cada uno de sus movimientos.
La ambición de la joven quedó patente en las palabras de su padre, Mauro, quien recuerda cómo ella le prometió: Yo, cuando sea profesional, te voy a sacar de esa cocina donde trabajas para ese poco de personas a los que les vendes almuerzo. Con estas piernas que Dios me dio… este va a ser el motor para darles a ustedes una mejor vida.
Su irrupción en la élite fue meteórica. Con solo catorce años, debutó con el América de Cali, equipo con el que se consagró máxima goleadora y se alzó con el título nacional, marcando en la final. En 2019, recibió su primera convocatoria para la selección colombiana, participando en la Copa América Femenina de 2022 disputada en su país. En dicho certamen, anotó tres goles y fue distinguida con el premio a la mejor jugadora.
Posteriormente, su liderazgo se extendió a los Mundiales sub-20 y sub-17, donde capitaneó a su selección hasta la final de este último torneo, un hito histórico al ser la primera vez que un combinado colombiano, en cualquiera de sus categorías, alcanzaba una final de Copa del Mundo.
En febrero de 2023, apenas dos días después de alcanzar la mayoría de edad, su talento la llevó a fichar por el Real Madrid. Con el club blanco, ha disputado 61 partidos oficiales y ha anotado 14 goles, incluyendo su primer tanto con la camiseta merengue que aseguró el pase a la semifinal de la Copa de la Reina ese mismo año.
A sus veinte años, Caicedo es sin duda el nombre más resonante en la actual Copa América Femenina. A diferencia de gran parte de las participantes en el torneo, la delantera madridista, quien ha sido clave para clasificar a su selección a la final por segunda vez consecutiva, ya es una figura consolidada en el fútbol femenino y un referente inspirador en su nación.
Este sábado, la futbolista colombiana tendrá la oportunidad de saldar cuentas con el pasado. Su trayectoria es un reflejo de una determinación inquebrantable desde sus inicios, una cualidad que la ha impulsado a convertirse en la profesional que es hoy. Frente a la sugerencia de su padre de seguir la abogacía, la respuesta de Caicedo fue contundente: Papá, yo voy a ser futbolista profesional, una convicción que ha guiado cada paso de su extraordinaria carrera