Cuatro años después, Luis Fernando Camacho es prácticamente una figura política amortizada y olvidada. Se había dado a conocer en el círculo rojo con las protestas que antecedieron a las elecciones y alcanzó su momento de gloria, pero su capital político se va esfumando ante la indiferencia de sus leales. El MAS, mientras tanto, empieza a percibir que la pelea no les beneficia electoralmente y los sondeos empiezan a advertir que no habrá perdón para quien afecte al país con sus ambiciones personales. En medio de la discusión sobre el modelo de autonomía, Tarija se encamina a un referéndum estatutario.

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