Diversas naciones de América y el Caribe, junto con Estados Unidos, han extendido sus felicitaciones al presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, tras su victoria en los recientes comicios. Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Trinidad y Tobago, sumándose a la nación norteamericana, reconocieron el profundo compromiso del pueblo boliviano con los principios democráticos y manifestaron su disposición a colaborar con la administración entrante para estabilizar la economía del país.

Estas naciones subrayaron que el 19 de octubre, el electorado boliviano expresó su voluntad de manera contundente, optando por una transformación y un nuevo rumbo para la nación andina y la región. Este resultado, según indicaron, representa un claro distanciamiento de la gestión económica observada durante las últimas dos décadas. Los países firmantes elogiaron al pueblo boliviano por su activa participación en el proceso electoral, lo que consideraron una reafirmación de su dedicación a la democracia.

La comunidad internacional ha manifestado su interés en respaldar los esfuerzos del futuro gobierno para consolidar la economía boliviana y abrirla al ámbito global, fortalecer sus instituciones democráticas, fomentar el comercio y la inversión internacional, y profundizar su vinculación con socios regionales y mundiales en una amplia gama de asuntos cruciales. Asimismo, expresaron su compromiso de trabajar estrechamente con el presidente Paz y su gabinete para avanzar en objetivos compartidos de seguridad regional y global, prosperidad económica y crecimiento que beneficien a todas las naciones involucradas. Recibieron con agrado la perspectiva de una renovada y proactiva participación de Bolivia en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrenta la región y el mundo.

Durante su campaña electoral, el futuro mandatario había delineado una estrategia para abordar la compleja situación económica del país, basada en la liberalización de las exportaciones y el apoyo de naciones aliadas para superar el déficit en el suministro de combustibles.

Paz, quien asumirá el poder el próximo 8 de noviembre, heredará un escenario económico desafiante. El país enfrenta un índice inflacionario acumulado que alcanzó el 18.33% hasta septiembre pasado, una cifra que excede significativamente la proyección del 7.5% establecida para el año 2025. Adicionalmente, la deuda externa asciende a 13,741.7 millones de dólares. La economía boliviana experimentó una contracción del -2.40% en el primer semestre de 2025, marcando la primera recesión económica en 49 años, y continúa lidiando con una persistente escasez de divisas y recurrentes problemas en el abastecimiento de hidrocarburos.

Mientras el presidente saliente, Luis Arce, proyectó un crecimiento económico del 3.51% para el año en curso, organismos internacionales como el Banco Mundial anticipan una contracción del 0.50% para el mismo período

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