La nueva temporada de la máxima categoría del fútbol inglés, que da inicio con el enfrentamiento entre Liverpool y Bournemouth, introduce una serie de modificaciones significativas en el reglamento y en la aplicación tecnológica. Estas innovaciones buscan optimizar la dinámica del juego, mejorar la transparencia y fomentar una interacción más fluida en el campo.

Una de las disposiciones más comentadas es la que concierne a la posesión del balón por parte de los guardametas. A partir de ahora, si un portero retiene la pelota en sus manos por un periodo superior a ocho segundos, su equipo será sancionado con un lanzamiento de córner en contra. Esta medida representa un cambio notable respecto a la normativa anterior, que establecía un límite de seis segundos y resultaba en un libre indirecto, aunque su aplicación era infrecuente. Para asegurar la observancia de esta regla, los árbitros deberán señalizar una cuenta regresiva de cinco segundos a los porteros como advertencia. La implementación de esta norma ha mostrado variaciones en su rigurosidad durante pruebas previas en torneos internacionales.

En un esfuerzo por enriquecer la experiencia del espectador, las decisiones del sistema de videoarbitraje (VAR) serán anunciadas públicamente a través de la megafonía del estadio. Esta iniciativa tiene como objetivo proporcionar mayor claridad tanto a los aficionados presentes en el recinto como a quienes siguen la transmisión televisiva, permitiendo una comprensión inmediata de las resoluciones arbitrales.

Otra reforma relevante atañe a la comunicación entre jugadores y árbitros. De ahora en adelante, únicamente los capitanes de cada equipo estarán autorizados para dirigirse al colegiado y debatir sobre las acciones del partido. Cualquier otro jugador que intente dialogar con el árbitro recibirá una tarjeta amarilla. En situaciones donde el portero ostente la capitanía, el equipo podrá designar a un jugador de campo para que asuma esta función. Esta directriz fue ensayada en competiciones de clubes europeas durante la temporada anterior, registrándose un número limitado de amonestaciones por su incumplimiento.

La tecnología también juega un papel crucial con la introducción de cámaras corporales para los árbitros. Durante las primeras seis semanas de competición, los colegiados portarán una cámara integrada en su auricular, ofreciendo una perspectiva única y en primera persona de los acontecimientos en el terreno de juego. Esta tecnología, que ya fue probada con resultados positivos en diversas competiciones y encuentros amistosos, ha brindado una visión sin precedentes de la acción. Si este periodo de prueba resulta satisfactorio, se contempla la posibilidad de extender su uso de forma permanente a lo largo de toda la temporada.

Adicionalmente, se ha clarificado la normativa sobre los dobles toques en los lanzamientos de penalti. Si un jugador contacta el balón en dos ocasiones al ejecutar una pena máxima y el disparo culmina en gol, el lanzamiento deberá repetirse. Esta modificación surge a raíz de controversias suscitadas por incidentes previos donde un deslizamiento del ejecutor resultaba en un doble contacto. Sin embargo, si el doble toque ocurre y el penalti es fallado, la jugada no será repetida.

Finalmente, el sistema de fuera de juego semiautomático, implementado hacia el final de la campaña anterior, continuará en uso desde el inicio de esta temporada. Esta herramienta tecnológica busca optimizar los tiempos de decisión y mejorar la precisión en la aplicación de la regla del fuera de juego, contribuyendo a un desarrollo más ágil y justo de los encuentros

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