El 10 de noviembre, durante la celebración del 214 aniversario del grito libertario de Potosí, el presidente Luis Arce anunció la implementación de un plan destinado a restablecer la normalidad en el suministro de diésel y a reducir los precios de la canasta básica en un plazo de diez días. Arce destacó que, tras 24 días de bloqueos, se había diseñado una estrategia para abordar la escasez de combustible y la elevación de los precios de productos esenciales.

A pesar de este compromiso, la situación en las estaciones de servicio continúa siendo crítica. Las filas para abastecerse de combustible siguen siendo extensas en diversas regiones del país. En Santa Cruz, los transportistas han bloqueado la nueva ruta hacia Cochabamba, mientras que en Vallegrande, los agricultores han llevado a cabo un “tractorazo” en protesta por la falta de diésel, justo en un momento crucial para la siembra.

Desde La Paz, Hugo Domingo Ramos, representante del sector de transporte pesado, expresó su frustración, afirmando que el Gobierno no ha cumplido con su promesa de resolver la crisis en el tiempo estipulado. Ramos señaló que, a pesar de que se han cumplido los diez días, la escasez de diésel persiste y convocó a una cumbre del transporte en El Alto para el 25 de noviembre, donde se discutirán posibles acciones de protesta.

El representante del transporte cuestionó la falta de transparencia del Gobierno, sugiriendo que la verdadera razón detrás de la escasez es la falta de dólares para adquirir combustible. También advirtió que su sector se encuentra en una situación crítica, con deudas que no podrán cumplir, y solicitó un alivio tributario y financiero.

En respuesta a la crisis, Joel Callaú Justiniano, gerente de Comercialización de YPFB, anunció la implementación de surtidores móviles para garantizar el abastecimiento de combustible a pequeños productores en Santa Cruz. Esta medida busca facilitar el acceso al diésel en áreas remotas y evitar que el combustible llegue a intermediarios que lo revenden a precios inflados.

Callaú explicó que las cisternas móviles se dirigirán a diversas provincias del departamento, asegurando que el diésel llegue directamente a los productores y no a aquellos que buscan aprovechar la situación. Con esta estrategia, se espera mejorar la distribución de combustible y apoyar al sector agropecuario en medio de la crisis actual

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