Un trágico suceso sacudió la principal explotación subterránea de cobre de Chile la semana pasada, dejando un saldo de seis trabajadores fallecidos y varios heridos. El incidente, un colapso conocido como estallido de roca, se produjo en la mina El Teniente, situada en la región de O’Higgins, aproximadamente a 120 kilómetros al sur de Santiago. Este evento se registró tras un movimiento telúrico de magnitud 4.2 en la escala de Richter, cuya naturaleza, si fue de origen natural o inducido por las propias perforaciones de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), es objeto de investigación.
El primer deceso se confirmó horas después del incidente, correspondiendo a un empleado de una empresa contratista en el sector Andesita. Posteriormente, cinco mineros quedaron atrapados en el Nivel Teniente 7, una zona cercana, lo que desencadenó un extenso operativo de rescate. Los cuerpos de estos cinco trabajadores fueron recuperados progresivamente hasta el domingo, tras intensas jornadas de remoción de escombros que se extendieron por tres días.
Desde Bolivia, el presidente Luis Arce manifestó su profunda solidaridad con la nación chilena, su homólogo Gabriel Boric y, en particular, con las familias de las víctimas. El mandatario boliviano también lamentó las lesiones sufridas por otros afectados, extendiendo su apoyo en este momento de adversidad.
La mina El Teniente, reconocida como la mayor explotación subterránea de cobre del mundo y operada por Codelco, la principal productora de cobre a nivel global, permanecerá inactiva por un periodo indefinido mientras se llevan a cabo las investigaciones pertinentes. Expertos locales han estimado que esta paralización representa para la estatal chilena una merma económica diaria que oscila entre los 8 y 10 millones de dólares