Un incidente con un artefacto explosivo sacudió las oficinas de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) en la ciudad de La Paz durante la jornada del martes. El presidente de la entidad, Fernando Costa, expresó su enérgica condena ante lo que calificó como un acto de vandalismo y cobardía contra la institucionalidad del fútbol nacional.
La investigación preliminar ha revelado que las cámaras de seguridad de la zona captaron imágenes de los presuntos responsables de la detonación. No obstante, la identificación y confirmación de la participación de estos individuos aún está pendiente de las pesquisas en curso.
Costa vinculó directamente la agresión a una campaña de desinformación relacionada con la situación del Club Wilstermann. Afirmó que tales acciones son inaceptables y podrían acarrear repercusiones de mayor envergadura. Asimismo, sugirió que existe un intento de desviar la atención y encontrar un chivo expiatorio para encubrir lo que describió como una negligencia jurídica que estaría perjudicando la actual situación del club.
El suceso se produce en un momento delicado, coincidiendo con la reciente negativa de la FIFA a la solicitud del Club Wilstermann para levantar una sanción impuesta por el máximo organismo del fútbol mundial. Dicha penalización impidió al club registrar nuevos jugadores durante el último período de transferencias.
Durante su comparecencia ante los medios, el presidente de la FBF estuvo acompañado por Carlos Aliaga, asesor legal de la federación, y Klaus von Landwüst, director de Competiciones. Ambos ofrecieron detalles sobre los fundamentos jurídicos y reglamentarios que sustentan la posición de la FBF respecto al caso Wilstermann