La producción de petróleo en Bolivia ha sufrido una caída histórica, alcanzando niveles registrados en 1993. Según el IBCE, en 2023 se produjeron 8,6 millones de barriles, una cifra considerablemente menor a los 18 millones alcanzados en 2014. La estatal YPFB explicó que esta disminución se debe a la declinación iniciada en 2014 y que se espera un incremento para 2024 gracias a la importación de crudo y a la optimización del transporte a través del oleoducto Sica Sica-Arica. Sin embargo, el analista Álvaro Ríos destaca la necesidad de recuperar la producción de gas natural y condensado en el país. YPFB también anunció la convocatoria para supervisar un proyecto de biocombustibles en El Alto.
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