El Real Madrid consiguió una ajustada victoria por la mínima diferencia (1-0) frente a la Juventus, un resultado que consolida su racha perfecta en la fase de grupos de la Liga de Campeones. El encuentro estuvo marcado por la excepcional actuación de Thibaut Courtois bajo los tres palos y el tan esperado reencuentro de Jude Bellingham con el gol. Sin embargo, el partido también dejó en evidencia ciertas deficiencias en el juego colectivo y la retaguardia del conjunto blanco, además de una discreta jornada para Kylian Mbappé.
La afición madridista en el Santiago Bernabéu volvió a celebrar con entusiasmo un gol de Bellingham, quien no anotaba en su feudo desde principios de abril. Su anotación, crucial para mantener el pleno de victorias en las tres primeras jornadas de la Champions League, llegó en un momento oportuno, disipando la ansiedad generada por su irregularidad tras la cirugía de hombro a la que se sometió en verano.
Este primer desafío de la semana para el Real Madrid presentó un encuentro exigente, en el que la Juventus impuso un esquema defensivo con cinco zagueros y un mediocampo compacto, limitando los espacios y poniendo a prueba la paciencia local. A pesar de su actual mala racha de resultados, el equipo italiano demostró eficacia en las transiciones rápidas al inicio del partido, generando ocasiones claras. Courtois, una vez más, se erigió como salvador, realizando intervenciones clave, destacando una parada brillante ante un potente disparo de McKennie, y frustrando también los intentos de Koopmeiners y Gatti.
En la medular, Xabi Alonso optó por una configuración experimental, prescindiendo de un centrocampista puro junto a Tchouaméni. Con Ceballos lesionado y Camavinga en el banquillo, el técnico alineó a Bellingham y Güler en el centro del campo, manteniendo su insistente 4-3-3 con Brahim Díaz en lugar de Mastantuono en el tridente ofensivo. La posición del extremo derecho sigue siendo un punto de debate, ya que ni Mastantuono ni Brahim han logrado consolidarse, y Rodrygo parece estar reevaluando su rol. En contraste, Arda Güler se mostró indispensable, aportando tanto en las ayudas defensivas como en la precisión de sus pases finales.
A pesar del dominio gradual del Real Madrid, la defensa poblada de la Juventus se mantuvo firme. Bellingham, con su habitual voluntad, se desmarcó incansablemente, aunque sus movimientos no siempre fueron detectados. Vinícius Júnior tuvo una participación limitada, y Mbappé, constantemente rodeado de defensores, apenas pudo desequilibrar. No obstante, el control del partido se inclinó progresivamente hacia el lado madridista, con Tchouaméni probando suerte con cabezazos tras saques de esquina y Di Gregorio realizando paradas a disparos de Brahim y una conexión entre Güler y Mbappé.
Mbappé, a pesar de no ver puerta, fue un factor intimidatorio. Su capacidad para generar peligro se manifestó en un disparo cruzado de zurda que Di Gregorio desvió con el rostro y en una jugada individual que culminó con un pase preciso a Éder Militao, cuyo remate se fue por encima del larguero.
El inicio de la segunda mitad replicó el patrón del primer tiempo, con la Juventus encontrando oportunidades gracias a errores defensivos del Real Madrid, como una salida de balón fallida de Carreras que Militao logró corregir. La intervención más decisiva de Courtois llegó ante Vlahovic, quien se encontró solo frente al portero belga tras un mal pase de Tchouaméni y la incapacidad de Militao para detenerlo. El guardameta madridista, insuperable, desvió el balón con la pierna, salvando a su equipo de un gol que habría sido costoso.
El Real Madrid reaccionó con intentos de Vinícius y Fede Valverde. La Juventus, por su parte, tuvo otra ocasión con un disparo de Yildiz que Courtois desvió con reflejos felinos. Poco después, llegó el momento que definió el encuentro: una acción individual de Vinícius que impactó en el poste, y el oportunismo de Bellingham, que con determinación, se lanzó al rebote para empujar el balón a la red.
A pesar del gol, la Juventus no se rindió. Di Gregorio realizó dos paradas notables a disparos de Mbappé y Brahim, y el Real Madrid vivió momentos de sufrimiento en la fase final, mostrando indecisión defensiva. Una situación de dos contra dos fue resuelta por Asencio, quien se lesionó al bloquear un disparo de Openda, y Courtois realizó una última intervención con los puños ante un remate de Kostic en el tiempo añadido. Estas acciones aseguraron el pleno de puntos en Europa y mantuvieron la buena dinámica de resultados, pero las dudas sobre el rendimiento defensivo persisten de cara al próximo clásico
 
								
 
																											 
												 
												 
												 
             
             
					 
					 
					