El Parque Nacional Tunari se prepara para una significativa campaña de reforestación, programada para la tercera semana de noviembre. Esta iniciativa, impulsada por la entidad nacional de áreas protegidas en colaboración con la administración departamental y las comunidades aledañas, busca restaurar ecosistemas deteriorados y atenuar los impactos del cambio climático. Paralelamente, la campaña refuerza el compromiso continuo de combatir los asentamientos irregulares y las edificaciones ilícitas dentro de sus límites.
Se proyecta la plantación de más de cinco mil ejemplares arbóreos, con un enfoque prioritario en especies autóctonas como el molle, la kewiña, la kiswara y el aliso. Estas variedades son cruciales para la preservación de las fuentes hídricas. La elección de estas especies nativas responde a una política que desincentiva el uso de variedades exóticas, como el eucalipto o el pino, dada su menor contribución a la conservación del recurso hídrico.
Sin embargo, la gestión del Tunari se enfrenta a una realidad compleja, marcada por la persistencia de los avasallamientos. La entidad encargada de la protección del parque ha señalado una lucha diaria contra los loteadores, evidenciada en más de un centenar de procesos administrativos concluidos y otros en desarrollo, abarcando tanto el ámbito agroambiental como el penal. Este año, se han llevado a cabo dos demoliciones de estructuras ilegales en las jurisdicciones de Cercado y Tiquipaya, acciones coordinadas con las autoridades municipales y respaldadas por la fuerza pública.
Con una extensión superior a los tres mil kilómetros cuadrados, el Parque Nacional Tunari se extiende por varios municipios, incluyendo Cercado, Sacaba, Tiquipaya y Quillacollo, entre otros. A pesar de contar con una plantilla limitada de apenas nueve guardaparques para custodiar su vasta superficie, se implementan operativos constantes para monitorear nuevos asentamientos y salvaguardar la rica biodiversidad del área. La viabilidad y el éxito de esta iniciativa de reforestación están intrínsecamente ligados al régimen de lluvias; si las condiciones climáticas son favorables, se prevé extender las acciones de plantación a diversos puntos del Eje Metropolitano.
La ubicación estratégica del Tunari, que abarca municipios del Eje Metropolitano de Cochabamba —la zona más densamente poblada y en constante expansión del departamento— lo convierte en uno de los parques nacionales con mayores desafíos en Bolivia. Esta particularidad eleva significativamente los riesgos de incendios forestales y de la proliferación de loteamientos ilegales
 
								
 
																											 
												 
												 
												 
             
             
					 
					 
					