Surinam emerge como uno de los posibles adversarios de Bolivia en el repechaje para la clasificación al Mundial 2026, evento que se desarrollará entre el 23 y 31 de marzo en Monterrey y Guadalajara, México. El conjunto caribeño, dirigido por el entrenador Stanley Menzo, combina un estilo de juego que mezcla potencia física con talento ofensivo, aunque presenta ciertas vulnerabilidades defensivas que podrían ser determinantes en un enfrentamiento contra la selección boliviana.

A pesar de su derrota 3-1 frente a Guatemala en la última jornada de las Eliminatorias de la CONCACAF, Surinam logró posicionarse segundo en el Grupo G con 9 puntos, detrás de Panamá, lo que mantiene viva su aspiración de llegar a la Copa del Mundo. El sorteo del repechaje se llevará a cabo próximamente en la sede de la FIFA en Zúrich, donde Surinam compartirá bombo con Bolivia, Jamaica y Nueva Caledonia, debido a su ubicación en el ranking FIFA. Los equipos Irak y República Democrática del Congo avanzan directamente a la fase final, y solo los ganadores de las dos llaves asegurarán su lugar en la cita mundialista que se disputará en Canadá, México y Estados Unidos.

El plantel de Surinam cuenta con jugadores que militan en ligas europeas, destacándose figuras como Sheraldo Becker, delantero del CA Osasuna en España, reconocido por su velocidad y capacidad para desequilibrar; Jean-Paul Boëtius, mediocampista creativo con experiencia en la Bundesliga alemana; Stefano Denswil, un defensor central sólido que lidera la defensa desde Turquía; Ridgeciano Haps, lateral con proyección ofensiva en Italia; Virgil Misidjan, atacante con movilidad y olfato goleador en los Países Bajos; y Etienne Vaessen, portero confiable que aporta seguridad en la última línea.

El estilo de juego del equipo surinamés se caracteriza por una defensa compuesta por jugadores experimentados en Europa, un mediocampo técnico capaz de generar juego y delanteros rápidos que aprovechan las transiciones rápidas para sorprender al rival. Sin embargo, el equipo muestra debilidades en la organización defensiva ante presiones altas, una dependencia marcada en las individualidades más que en un sistema colectivo consolidado, y dificultades para mantener la intensidad en momentos decisivos.

La dirección técnica está a cargo de Stanley Menzo, exarquero neerlandés con una destacada trayectoria en clubes como Ajax, PSV Eindhoven y Lierse SK, así como experiencia internacional en torneos como la Copa del Mundo de 1990 y la Eurocopa 1992. Menzo ha asumido el mando de Surinam en dos etapas, buscando implementar un estilo basado en el orden táctico defensivo, juego directo y vertical, y una disciplina física inspirada en su formación europea. Su objetivo es construir un equipo competitivo que combine la intensidad caribeña con la estructura europea, aunque aún trabaja en consolidar mayor consistencia en encuentros claves.

En caso de que Bolivia se enfrente a Surinam en las semifinales del repechaje, será fundamental neutralizar la velocidad de jugadores como Becker y Misidjan, aprovechar los espacios que la defensa surinamés pueda dejar en las transiciones rápidas, controlar el mediocampo para cortar el ritmo ofensivo del rival y mantener concentración en las jugadas aéreas, donde Surinam puede representar una amenaza considerable. Estos aspectos serán claves para que la selección boliviana pueda superar este desafío y avanzar hacia la clasificación mundialista

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