El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha sido puesto bajo arresto domiciliario por orden de un magistrado del Tribunal Supremo. Esta determinación judicial se enmarca en la investigación sobre la presunta tentativa de golpe de Estado contra el actual mandatario, Luis Inácio Lula da Silva, ocurrida en enero de 2023.
El magistrado responsable de la resolución había impuesto previamente, el 18 de julio, el uso de una tobillera electrónica al exmandatario, argumentando la existencia de un riesgo de fuga. Con la nueva disposición, Bolsonaro tiene prohibido abandonar su residencia.
Hace aproximadamente dos semanas, una decisión judicial previa le permitía al expresidente desplazarse libremente durante el día, aunque con la obligación de pernoctar en su domicilio. Además, se le había restringido el contacto con embajadores extranjeros y, de manera crucial, se le había prohibido realizar cualquier publicación en redes sociales. Sin embargo, el incumplimiento de esta última condición fue un factor determinante para el endurecimiento de las medidas.
Se ha señalado que el exmandatario continuó generando contenido para plataformas digitales que reiteraba los mensajes ilícitos por los cuales se le habían impuesto las restricciones iniciales. Esta persistencia en la difusión de material, incluso de forma velada, fue interpretada como una continuación de su conducta, orientada a ejercer presión sobre el máximo tribunal y a obstaculizar el proceso judicial. Dicha acción ha sido considerada un desacato manifiesto a las disposiciones cautelares previamente establecidas
