Desde las primeras horas del lunes, los residentes de Bermejo se congregaron en extensas filas, buscando adquirir gas licuado de petróleo (GLP) al precio oficial de 22,50 bolivianos, un valor establecido por la Agencia Nacional de Hidrocarburos. La espera, que para algunos comenzó incluso antes del amanecer, ha puesto de manifiesto la limitada disponibilidad del producto.
La frustración es palpable entre quienes aguardan, especialmente para familias con niños, ante la percepción de un suministro insuficiente. Se ha reportado que la distribución se ha visto restringida, con indicaciones de que solo se atendería hasta un centenar de unidades, lo que agrava la ansiedad de quienes necesitan el combustible. Además, la ausencia de provisión de gas durante el reciente feriado ha dejado a numerosas familias y comunidades sin este recurso esencial desde el sábado.
En este contexto de escasez, circulan versiones que indican un posible desvío de parte del GLP hacia la zona fronteriza. Asimismo, se ha señalado la existencia de un mercado informal dentro de la ciudad, donde el precio de una garrafa puede ascender hasta los 50 bolivianos, casi el doble del valor oficial.
Esta problemática en Bermejo evoca situaciones similares observadas en otras localidades del país. Recientemente, en Yacuiba, se registró una escasez comparable, y las autoridades han advertido sobre el contrabando de GLP hacia Argentina, donde el costo de una garrafa supera los 100 bolivianos. Este comercio ilícito es considerado un factor determinante en la reducción del abastecimiento para los municipios locales