En una reciente conversación con La Voz de Tarija, el Viceministro de los Derechos del Usuario y Consumidor, Jorge Silva, reveló la creación de un grupo de trabajo que se dedicará a analizar la situación del precio del pan en Tarija. Esta medida se toma en respuesta a las inquietudes expresadas por los panificadores locales, quienes han advertido sobre la posibilidad de un aumento en el costo del pan o una reducción en su peso, lo que ha suscitado la preocupación de los consumidores en la región.
Silva comentó que, en las charlas mantenidas con los representantes del sector panificador, se identificaron varios elementos técnicos que necesitan un estudio más profundo antes de llegar a conclusiones sobre el precio del pan. “Esta semana, o a más tardar la próxima, nos reuniremos nuevamente para revisar la estructura de costos en la producción de pan en Tarija y el respaldo técnico que tienen para justificar un posible incremento en el precio o la reducción de su peso”, indicó el viceministro.
Un tema crucial que se abordará en esta mesa técnica es el acceso limitado de los panificadores de Tarija a la harina subvencionada por el gobierno, un aspecto que ha marcado una diferencia notable en comparación con otras regiones del país. Silva recordó que cuando se implementó el programa de harina subvencionada, alrededor de 2008 y 2009, los panificadores de Tarija no mostraron interés en aprovechar esta opción. “En ese entonces, el costo de la harina argentina era más bajo que el de la harina nacional, que se ofrecía a 130 bolivianos el quintal, mientras que la harina subvencionada también tenía el mismo precio”, explicó Silva.
Los panaderos de Tarija argumentaron que la calidad y el precio de la harina argentina eran más atractivos, y que en la región no se producía el clásico “pan de batalla”, sino que se comercializaban variedades especiales, lo que explicaba su falta de interés por la harina nacional subvencionada. Es importante señalar que en otras partes del país, el “pan de batalla” se vende a un precio regulado de 0.50 bolivianos y debe pesar al menos 60 gramos, mientras que en Tarija, el precio del pan alcanza 1 boliviano.
No obstante, la situación ha cambiado considerablemente en los últimos años. “Ahora enfrentan dificultades porque el costo de la harina argentina ha aumentado considerablemente en comparación con la harina nacional, lo que les afecta directamente”, enfatizó Silva. Este aumento en los precios de la harina ha llevado a los panaderos locales a contemplar ajustes en sus precios, lo cual repercute en los consumidores.
Silva también hizo hincapié en que, a pesar de la crisis en los costos de la harina, el precio del pan en Tarija sigue siendo superior al de otras ciudades del país, donde productos similares se ofrecen a precios mucho más bajos. “Nos sorprende que los panes, que son prácticamente iguales y se producen en Cochabamba, Oruro y La Paz, se vendan a 0.50 bolivianos, mientras que en Tarija el precio es de 1 boliviano”, señaló el viceministro.
Frente a esta problemática, la mesa técnica se encargará de llevar a cabo un análisis detallado de los costos de producción del pan en Tarija. Silva subrayó que el objetivo es evitar especulaciones y decisiones basadas en opiniones subjetivas, asegurando que las decisiones se fundamentarán en datos técnicos. “Con base en esta información, se tomarán decisiones, pero nos llama la atención el alto costo del pan en Tarija”, concluyó.
Se anticipa que los hallazgos de esta mesa técnica proporcionen claridad sobre las razones detrás del aumento en los precios del pan en Tarija y faciliten un acuerdo entre las autoridades y los panificadores que sea beneficioso tanto para los productores como para los consumidores locales